viernes, 29 de junio de 2012

El pecado de la cereza


Habría sabido  jamás imperio en Roma
el placer robado de la griega cereza…
  ¡Si mis manos de sutil agilidad respondiesen
tan solo a mis intentos vanos de
de pudor y nobleza

Y no al magnetico aroma de tan
Inocente y suave fruto de labios
y  a tan delicados pechos coronados
con tan joven y rosada belleza…